El risotto de mariscos con albahaca es un plato que combina la suavidad cremosa del arroz con el sabor profundo y fresco de los mariscos. La albahaca fresca añade un toque aromático que eleva el sabor a un nivel superior, creando una experiencia deliciosa y reconfortante. Ideal para los amantes de los mariscos y del risotto, este plato es una excelente opción para una cena especial.
A continuación, te explico cómo preparar este risotto paso a paso, asegurando que logres la textura perfecta y una mezcla de sabores equilibrada.
Si utilizas mariscos frescos, asegúrate de limpiar bien los mejillones bajo agua fría. Retira las barbas y descarta cualquier mejillón que no se cierre al golpearlo suavemente. Si usas mariscos congelados, descongélalos en agua fría.
En una sartén grande, calienta una cucharada de aceite de oliva y añade los mejillones. Cocina a fuego medio-alto hasta que los mejillones se abran, aproximadamente 4-5 minutos. Retira del fuego y reserva. Haz lo mismo con los camarones y calamares, salteándolos durante 2-3 minutos hasta que estén cocidos. Resérvalos para añadirlos más tarde.
Pica finamente la cebolla y el ajo. En una cacerola grande, calienta el aceite de oliva restante a fuego medio. Añade la cebolla picada y sofríela hasta que esté transparente, luego agrega el ajo y cocina durante 1 minuto más.
Añade el arroz arborio a la cacerola y remueve durante 2-3 minutos para tostar ligeramente los granos, lo que ayudará a que absorban mejor los sabores. Si estás usando vino blanco, este es el momento para añadirlo. Vierte el vino sobre el arroz y cocina a fuego medio hasta que se evapore el alcohol.
Comienza a añadir el caldo de pescado caliente, una cucharada a la vez, removiendo constantemente. Asegúrate de que el arroz absorba todo el líquido antes de añadir más. Este proceso tardará unos 18-20 minutos, y debes continuar añadiendo caldo y removiendo hasta que el arroz esté al dente y cremoso.
Cuando el arroz esté casi listo, añade los mariscos que reservaste (camarones, calamares y mejillones) al risotto. Remueve suavemente para que los mariscos se integren bien en el arroz sin deshacerlos. Añade también un poco de albahaca fresca picada para darle un toque de sabor aromático.
Retira el risotto del fuego y añade la mantequilla y el queso parmesano rallado. Remueve bien para que el risotto adquiera una textura aún más cremosa. Ajusta el sabor con sal, pimienta y un toque de zumo de limón si deseas darle un toque de frescura.
Sirve el risotto caliente en platos hondos. Decora cada plato con hojas de albahaca fresca y, si lo prefieres, con una pizca extra de queso parmesano. Asegúrate de servir el plato inmediatamente para disfrutar de la textura perfecta del risotto.
Ensalada fresca: Una ensalada ligera de rúcula o espinacas con una vinagreta de limón puede complementar perfectamente el risotto cremoso, aportando un contraste fresco y crujiente.
Pan rústico: Unas rebanadas de pan tostado o focaccia son ideales para acompañar el risotto y aprovechar al máximo la cremosa salsa que queda en el plato.
Verduras al vapor: Las verduras al vapor, como brócoli o espárragos, pueden ser un acompañamiento ligero y saludable que complemente la riqueza del risotto.
Risotto con otros mariscos: Si prefieres otros mariscos, puedes añadir vieiras, almejas o incluso langostinos para crear una versión más lujosa del risotto.
Risotto sin queso: Si deseas una opción sin lácteos, puedes omitir el queso parmesano y la mantequilla, y usar un poco más de aceite de oliva para obtener una textura igualmente cremosa.
Risotto con azafrán: Añadir una pizca de azafrán al caldo puede darle al risotto un color dorado y un sabor único que combina muy bien con los mariscos.
Remueve constantemente: El secreto de un buen risotto es remover el arroz constantemente mientras se añade el caldo. Esto ayuda a liberar el almidón del arroz, creando la textura cremosa característica del risotto.
No te apresures con el caldo: Añade el caldo poco a poco. Es importante que el arroz absorba cada cucharada de caldo antes de añadir la siguiente, lo que garantiza que el risotto tenga la textura adecuada.
Caldo caliente: Asegúrate de que el caldo esté caliente cuando lo añadas al arroz. Esto ayudará a mantener una cocción uniforme y evitará que la temperatura del risotto baje durante la cocción.
El risotto de mariscos es mejor cuando se consume inmediatamente después de cocinarlo. Sin embargo, si tienes sobras, puedes guardarlas en el refrigerador durante 1 a 2 días. Para recalentarlo, añade un poco de caldo o agua caliente en una sartén y remueve suavemente hasta que el risotto recupere su cremosidad.
Este risotto de mariscos con albahaca es un plato elegante y lleno de sabor que combina perfectamente la suavidad cremosa del arroz con los sabores frescos del mar y el aroma de la albahaca. Ideal para una cena especial o una comida gourmet, este plato seguramente impresionará a todos los comensales. ¡Pruébalo y disfruta de una experiencia culinaria excepcional en casa!
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